Adorado jardín -parte I-

Mientras Jo está en una muestra de fotografía (a la cual yo también tenía muchas ganas de ir) yo estoy comiendo pochoclos, tomando mates con muuuchos yuyitos, mirando el viento que parece del fin del mundo, escuchando un soundtrack de Studio Ghibli, y con una sonrisa de oreja a oreja porque al final elegí quedarme en casa para contarles lo que pasó este año en mi jardín. 



Pero para eso tengo que ir un poco más atrás.
Resulta que cuando nos estábamos por venir a vivir a las montañitas, fui al vivero a comprar semillas, quería de flores silvestres, pero tal cosa no existía. Entonces me traje de las que más me parecieron silvestres o de los jardines que siempre amé: amapolas, cosmos, lino azul y aliso. Ya instalados acá, me leí todas las instrucciones del paquetito y planté en las fechas indicadas. Cuando parecía que había fracasado rotundamente, empecé a notar que algunas habían brotado. Lo que hice fue sembrar directamente en la tierra, no lo hice en maceta, eso es más difícil de controlar, pero bueno, era mi ansiedad e inexperiencia del momento. El lino azul nunca brotó, pero si las amapolas, las cosmos y los alisos. También me propuse dejar crecer todo, a ver si aparecían florcitas de la zona. Resultó ser un año de mucha lluvia y mi idea de jardín silvestre para disfrutar, se terminó convirtiendo en un cardal mezclado con selva imposible de transitar jiji. Eso sí, nunca vi tantas mariposas juntas ni tantas distintas. Ese mismo año también compramos algunas plantas en el vivero de acá cerquita. Primero fue para hacer las fotos de la colección de primavera de ese año, y después aprovechamos para tener más verde. Unas coronas de novia que eran muy chiquitas, y que nos venían bien para cerco con la casa lindera. Claro que para que forme cerco tendrían que pasar muchos años, aunque en ese momento no lo sabíamos ^_^ 




Ese año aprendí que los cardos no son nativos, y si los dejás invaden todo. También aprendí que aunque no haya ni una sola plantita en el invierno, no significa que en verano no vuelva a crecer todo con un montón de fuerza, sobre todo si es un verano húmedo. Al año siguiente, teniendo esta experiencia, decidí dejar crecer pero solo por sectores, y además planté algunas otras cositas que encontré por el barrio. Ese año hubo sequía y no creció casi nada ¡ja! es más, muchas plantas se murieron. Pero sacamos todos los cardos ^_^ 






El siguiente año fue casi igual, sequía nuevamente, pero hicimos algunos canteros nuevos y el Girasol Mexicano nos invadió todo el jardín, por suerte atrae mariposas, abejorros y picaflores por diez mil, así que al menos pudimos disfrutar de mucha vida. También crecieron algunas nativas, pero fue tal el calor y la sequía que no mucho llego a florecer. En mayo volvieron las lluvias, pero ya enseguida hizo frío y todo se volvió a morir. Lo que si hubo, fueron muchísimas chauchitas de algarrobo, porque no llovió en la época de polinización, y dió muchos frutos. Los juntamos, pero como ya les conté en otro post, no los disfrutamos nosotros sino algún ratoncito, o quizás alguna comadreja :O. Ese año aprendí que no todos los años en las montañitas son iguales, los ciclos anuales son muy humanos, los de la naturaleza son más largos. También aprendí que soy medio lenta para tener un jardín y tengo que aprender mucho más ^_^






Este año no sabía muy bien qué hacer, como acá alquilamos tampoco podemos planificar a largo plazo, y todo tiene que ser más inmediato. Las semillas super especiales que estuve recolectando este tiempo, de plantas nativas, las estoy guardando para cuando pueda planificar un jardín autóctono en un lugar donde sepa que no van a cortar todo cuando no estemos más, o mejor aún en nuestro propio pedacito de tierra.
Pero una amiga me contó que las semillas tienen fecha de caducidad. Me propuso que se las dé a ella, que tiene mucha paciencia y adora la jardinería, para ver si podía hacerlas brotar y luego me daba algunos plantines. Además me dio semillas de amapolas y espuelas de caballero, para poder tener flores tempranas, al finalizar el invierno, que acá todavía nada crece. Entonces me decidí y empecé el jardín. Sembré todo eso y además Lino, pero el que compré en la herboristería, el común comestible. Ya lo he hecho otros años y brotan casi todas las semillas, es tan delicada y hermosa la flor que no me pude resistir, además, luego de la floración tendría semillas para preparar ricos pancitos.
Al final me entusiasmé cada vez más. Como les conté en este post del invierno, le pedí a Jo un cantero nuevo, porque con los perris, si bien no son de romper las plantas, cuando juegan, pisan y no dejan crecer nada, o a Folavril por ejemplo, le encanta hacer pocitos en la tierra y siempre, con la mejor puntería, los hace justo donde sembré. 



  
Con Ami (pueden conocerla en este post) además de probar con semillas recolectadas, fuimos al campo para transplantar algunos plantines que apenas estaban naciendo, muchos prendieron y aún siguen en pie. También me dió algunas nativas de su jardín, Salvia guaranitica (la favorita del picaflor) fuchsias y una verbena híbrida.  Al final hice una mezcolanza increíble porque además planté unos ciboulettes que compramos en la feria y tenían raíces, ajos brotados y Zinnias nativas (zinnia peruviana) ya que de esta puedo conseguir  semillas cuando quiera, porque florecen muchísimo todos los años. Tengo algunas aromáticas como menta, orégano, salvia. Otras nativas que no se sus nombres y una frambuesa que está cada día más linda. ¡Ah! también traje una plantita de acá cerca que no tengo idea qué es pero está gigante.
Resumiendo, al final, brotó y prendió todo, no saben lo que fue, es y será no solo este nuevo cantero, sino también los aledaños. Le puse muchísimo esfuerzo y no dejé de regar nunca. Una vez que sembré, traje bastante hojarasca para proteger los brotes. Los cuidé de las heladas con cajas, con telas, con cartones. Miraba el pronóstico todas las noches y cuando sabía que iba a caer helada seca regaba, y las que estaban en maceta las entraba. Una sola vez se me pasó y se me helaron las Fuchsias y algunas suculentas, por suerte la fuchsia volvió a brotar. También estaba preparada emocionalmente para que granice o nieve o haya un tornado jijiji o algo impredecible, ya que acá suelen pasar esas cosas. Cuando empezó a brotar todo, agregué algo de compost... 



Si quieren saber como sigue este post, van a tener que esperar a la parte II ^_^

Comentarios

  1. aaaaaaaayyyy aaaaayyyyyy ayyyy! no me duele nadaaa ! me encanta ver tu jardín!!! está hermosisisisisimo! amo que esté así natural, agreste, lleno de vida! no me gustan los parques con el pastito cortado como cancha de fútbol y todo "perfectito"! La naturaleza es perfecta, y el jardín de ustedes es precioso. Cuando vi una ..."portulaca" amarillita puede ser!?!? y si no, es parecida! de pronto me acordé de mi infancia, mis padres para la primavera sembraban semillitas de portulacas, también le dicen verdolagas, y se llenaban las macetas alargadas, justo ahi yo tenía una hamaca de madera roja, y me sentaba al sol por la mañana y veía las flores a mi costadito jajajaj
    Espero ansiosa la parte 2 !! abrazo enorme para todos ustedes! ♥♥♥

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