La Vida en la Naturaleza ♡ Llegó la Primavera

A finales del invierno empezaron a florecer los frutales. Una vecina nos cuenta que el campo donde habitamos era un vergel, alguna vez hizo un relevamiento: nogales, damascos, higueras, castaños, moreras, duraznos y algunos otros que no recuerdo. El problema empezó cuando dejaron avanzar al Acacio Negro sin frenarlo a tiempo. El Gleditsia triacanthos es un árbol originario de USA y se ingresó a la zona como "ornamental", lo cual no entendería muy bien, ya que sus espinas son enormes y muy infecciosas, si tenés la mala suerte de clavártelas, enseguida se te infecta la herida. Cuando Jo estuvo sacándolos del jardín, se incrustó una muy grande y muy profundo, le quedó la pierna casi inmovilizada por unos cuantos días. El acacio tomó casi todo el lugar y secó muchos frutales, además no dejó crecer a los árboles nativos. Nosotros estamos tratando de erradicarlos aunque es difícil, justamente por lo de las espinas. Pero bueno, ese es tema de otro post ^_^ 







Lo que quiero contarles ahora es de los frutales. En el terreno de casa hay dos. Un damasco precioso muy cerquita, bastante grande, y otro más chamuscadito un poco más lejos, subiendo una lomada hacia el noroeste. Uno ya lo conocía y esperaba su floración con mucha expectativa. El otro lo descubrí un día mirando por la ventana justo cuando empezó a florecer. 







Si hablamos de polinizadores y belleza, el damasco es uno de mis frutales favoritos junto con el membrillero. Son de los que más insectos atraen, sobre todo abejas, y sus flores perfumadas son muy delicadas. Cuando los damascos empezaron a florecer, el monte aún estaba seco y sin rastros de vida, por tal motivo, todos los polinizadores estaban en las únicas flores del lugar, las de los frutales. Era mágico ir acercándose al damasco y empezar a escuchar los zumbidos de decenas de abejas. 







Aún más mágico era sentarse debajo, en las piedras que alguien alguna vez acomodó en forma de "mesa y sillitas" entre el pastito suave y los pétalos que caían tan lentos como plumas. Pronto se llenará de pequeños frutitos y muchos pajaritos. 





Es lindo tener frutales en los jardines, sobre todo en lugares como en el que vivo donde el invierno es tan seco y monocromático y la primavera tarda en llegar. Los frutales alegran el paisaje con sus flores a finales del invierno, atraen polinizadores en Primavera y en Verano muchísimas aves e incluso algunos mamíferos vienen a alimentarse de sus frutos. Quizás tengamos competencia, pero estoy segura que podremos compartir los pequeños damascos... por mi parte ya dejé la escalera lista para poder recolectarlos a tiempo. Sé que me esperan relajadas tardes de verano debajo de este damasco, y creo que ya le encontré lugar a mi hamaca.





PD: tengo un video para mostrarles del damasco en flor, pero como ya saben que no tengo internet (solo datos) tengo que ir a un lugar con Wi Fi para subirlo, así que estén atentos que prontito lo haré ^_^ 




Comentarios

  1. Que divino Lo.El de nuestra amiga Anne era un ciruelo y tenía nombre.Sería lindo bautizarlo y completas el cuento jiji.Me super encanta.Lei otra historia también del acacio negro.Sus espinas son tremendas y tal cual decis muy infecciosas!!.Me quedo con lo bello ,como siempre.¡ Bellísimas postales!

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    1. Siii completamente! nos quedamos con lo bello. Igual lo del acacio es, digo podemos encontrarle su lado bello también o no? jijii En otoño es dorado y viste el bosque de un tono precioso.
      Aiii sii! qué lindo sería, voy a pensar un nombre que le "haga justicia" como dice Anne ;)

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  2. Precioso Lola!!! Impecable, como siempre la fotografía, maravilloso el relato!!!Me siento privilegiada por el acceso a tu bella página. Una vez más¡¡¡Felicitaciones y muchas gracias!!!!!

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    1. Hola Mirtiii qué dulce que sos, siempre me hacés sentir muy bien con tus palabras llenas de amor, gracias, ojalá pronto nos demos un abrazo fuerte!!

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