La Vida Como Antes - Capítulo VI Autosuficiencia

¡Qué lindo volver a publicar un capítulo de La Vida como Antes!
Si recién conocen el blog, los invito a leer los capítulos anteriores. Mi idea es revalorizar los hábitos o costumbres que se perdieron con el tiempo. Por supuesto que hay muchísimas costumbres que por suerte quedaron atrás, pero así como se perdieron las malas también se perdieron las buenas. No se trata de vivir en el pasado sino en aprender de él. Hace un montón quería publicar este nuevo capítulo, ténganme paciencia, es que estoy en una etapa de transición, fascinada con la naturaleza misma y absorbida por algunos proyectos de los cuales pronto les contaré. Pero no los distraigo más, y mejor enfoco mi energía en lo que quería contarles hoy... 
Siempre valoré la independencia, aunque no conscientemente. Mi primer trabajo fue a los 17 años, trabajé en Kio (muy noventas) por solo un mes, es clásico que a fin de año necesiten personal por las ventas de Navidad. Claro que yo quise seguir, pero no me hicieron efectiva, siempre creí que no era apta, pero ahora pienso que quizás fue porque era menor. Ese mismo año empecé la facultad, aunque un poco perdida, porque no me anoté en lo que luego iba a seguir. Corría el año 2002 y sí, nuestra realidad económica al igual que la de muchos era desastrosa. Mi intención era trabajar y estudiar, pero no había mucha oferta laboral, así que me decidí por empezar a hacer bijou con mostacillas. En esa época estaba muy de moda hacer formitas tejiendo alambre enhebrado con mostacillas. Le usaba todas las herramientas a mi papá, y conseguía el alambre de cables en desuso que pelaba. Mi mamá me regaló unas revistas de manualidades  y mi papá una Pinza Rosario que aún conservo, claramente fue para que le deje sus herramientas en paz ^_^. Con un amigo, que hacía prendedores en crochet (en realidad los hacía la madre y él los vendía) fuimos a Plaza Francia para el día de la primavera a vender nuestra pequeña producción y no estuvo nada mal, lo cual fue un incentivo muy grande. 




Claro que no les quiero contar la historia de mi vida, pero todo esto viene a algo, y voy a intentar no marearlos así que abro un paréntesis gigante: la mamá de Agus -mi amigo- era diseñadora textil y trabajaba para Mimo & co. Yo no tenía ni idea que existía tal carrera y fue tanto lo que me quedó grabado que al final me decidí por estudiarla, finalmente el diseño textil hoy en día abarca gran parte de mi vida y mi felicidad. La cuestión es que seguí experimentando con accesorios y al año siguiente empecé el CBC, fui sumando algunas cosas más como bolsos pintados a mano, e incluso algo de ropa. No, no crean que estaba ni un poquito bueno lo que hacía jijiji pero al menos me alcanzaba para mis gastos personales y no dependía en esa parte económica de mi familia. Por suerte fui progresando. Al tiempito empecé a trabajar en un bazar de Belgrano, y a los meses en una cadena de decoración que duró muy poco (Deco Express) ahora que lo veo así, mi vida siempre estuvo relacionada con la decoración. Allí aprendí muchísimo y siempre que podía, me dedicaba a armar ambientes, e incluso ayudaba en las vidrieras. Nunca dejé de hacer cosas con mis manos, y tampoco dejé de venderlas donde sea, feria, amigos, compañeros de trabajo. Cuando lo conocí a Jo, ya no trabajaba en relación de dependencia y hacía cosas menos amateurs, si bien aún vivía con mi familia, mi economía personal dependía de mí. Ni bien pude me fui a vivir sola, bueno no tan sola sino con una amiga, y a los meses ya nos mudamos juntos con Jo. ¿A qué voy con todo esto? es solo una introducción de una de las cosas que más valoro en mi vida: la Independencia. Lo cual no significa solo no trabajar en relación de dependencia sino que tiene un enfoque mucho más profundo. Haciendo un repaso en retrospectiva me doy cuenta que siempre tuve esa necesidad de independencia y cada vez la fui reforzando más, nunca lo analicé o me percaté de ello hasta hace algunos meses. Por suerte tengo un compañero que lo valora tanto o más que yo. Por eso juntos, el día que nos conocimos, sin ser conscientes de ello, empezamos algo: el camino hacia la autosuficiencia,. Creo que el día que se empieza nunca se abandona. Y esto no significa que algún día seamos 100% autosuficientes, ni siquiera es algo que intentemos.  La autosuficiencia comprende, entre otras cosas, la soberanía alimentaria, y no, aún no tengo huerta aunque empecé una hace un fin de semana atrás. Pero todas, absolutamente todas las frutas, verduras, legumbres, cereales, semillas que consumo son de productores agricultores independientes y esto es gracias a un  grupo auto-organizado que genera compras comunitarias a campesinos que trabajan la tierra agroecológicamente. Y esto no es solo un beneficio para nosotros, sino que también genera una economía socialmente justa y amigable con nuestra tierra. La autosuficiencia no significa no depender de otras personas, sino organizarse de otra forma, de manera local, con nuestros pares, con nuestros vecinos sin depender del sistema establecido. Hay decenas de hábitos que podemos incorporar en nuestras vidas para poder ser cada vez más autosuficientes, el trabajo, las reparaciones, la vestimenta, la comida, la autoconstrucción, la energía solar.



..."Podemos hacer las cosas nosotros mismos o podemos pagar a otras personas para que nos las hagan. Son dos sistemas de abastecimiento que podríamos denominar "sistema de autarquía" y "sistema de organización" respectivamente. El primero tiende a crear hombres y mujeres independientes; el segundo supone hombres y mujeres integrados en una organización. Todas las comunidades existentes se basan en una mezcla de ambos sistemas; pero la proporción de uno y de otro son diversas. 
En el mundo moderno durante los últimos cien años aproximadamente, se ha producido un cambio enorme y único en la historia: de la autarquía a la organización. A consecuencia de esto, las personas se vuelven cada vez menos autosuficientes y más dependientes. Pueden afirmar que tienen niveles de educación más altos que cualquier generación pasada; pero lo cierto es que no pueden hacer nada sin ayuda de otros. Dependen completamente de vastas y complejas organizaciones, de máquinas fabulosas, de ingresos monetarios cada vez mayores. ¿Qué ocurre cuando sobreviene el paro, la avería mecánica, las huelgas, el desempleo? ¿Proporciona el Estado todo lo necesario? En unos casos sí, en otros no. Muchas personas quedan atrapadas en la red de seguridad; y ¿qué ocurre entonces? Pues que sufren, se desaniman y hasta se desesperan. ¿Por qué no pueden ayudarse a sí mismas? En general, la respuesta es evidente: no saben cómo, nunca lo han intentado, no sabrían siquiera por dónde empezar. 

El camino hacia la autosuficiencia es también, depender cada vez menos del dinero, o cada vez de menos dinero. En definitiva el dinero es vida, porque el tiempo que invertimos en ganarlo es parte de nuestra vida, y termina siendo un intermediario, porque con ese dinero accedemos a cosas que necesitamos, ¿cosas qué necesitamos? bueno a veces necesitamos, otra veces creemos que necesitamos. Qué pasa si sacamos el intermediario, por ejemplo, si necesitamos calefaccionarnos lo común es compramos una estufa y pagar el gas, con dinero que ganamos invirtiendo tiempo. Pero ¿y si hacemos nosotros la estufa? y si en vez de comprar gas ¿conseguimos leña? Me voy un poco más allá, ¿y si hacemos una casa pensada para que no necesite casi calefacción? Antes era así, traíamos más instinto natural, la austeridad es parte fundamental de la naturaleza, nosotros la fuimos perdiendo porque cada vez nos volvimos seres más culturales necesitando cada vez más cosas, no solo materiales sino dependiendo cada vez más de un estado. Antes se construían casas con lo que había alrededor, si había un bosque; con madera, si había montaña; con piedras, si había monte; con arcilla y paja. Claro que antes no había conciencia con los recursos y se hicieron estragos, pero ahora que lo sabemos, tenemos todo a nuestro favor. Podemos aprovechar las técnicas milenarias, la sabiduría de la naturaleza, los materiales de rededor para nuestro provecho conscientes de nuestro entorno, sin perjudicarlo porque al fin y al cabo nos terminamos perjudicando a nosotros mismos, somos un todo, no somos ajenos a la naturaleza. Por supuesto que no es algo que se logre de un día para el otro, pero es algo que deberíamos plantearnos ya mismo. 



..."El autoabastecimiento absoluto es algo tan desequilibrado, y en última instancia, tan absurdo como la organización absoluta. Los precursores de la autosuficiencia nos indican lo que se puede hacer, pero a cada uno de nosotros corresponde decidir lo que se debe hacer, esto es lo que debemos hacer para devolver un cierto equilibrio a nuestra existencia"...
En la mayoría de los oficios resultaría uno totalmente inepto, sumamente ineficaz, ahora bien si se intentar hacer algunas cosas por si mismo y en provecho propio ¡qué diversión, qué alegría, qué liberación de toda sensación de dependencia absoluta de la organización! Y algo acaso más importante: ¡qué formación tan genuina de la personalidad! Hay que estar al corriente de los procesos reales de creación. La innata creatividad del hombre no es algo trivial o accidental; si la olvidamos o subestimamos se vuelve fuente de angustia que puede destruir la persona y todas sus relaciones humanadas, y que, a escala colectiva puede destruir -o mejor dicho destruye inevitablemente- la sociedad.
Y a la inversa, no hay nada capaz de detener el florecimiento de una sociedad que consiga dar rienda suelta a la creatividad de sus miembros. No puede ordenarse y organizarse esto desde la cima del poder; no podemos encomendar al gobierno, sino a nosotros mismos, el establecimiento de tal estado de cosas. Ninguno de nosotros debería, por otra parte, seguir esperando a "Godot", porque Godot nunca llega. Es interesante el pensar en todos los Godots que la humanidad contemporánea aguarda; este o aquel fantástico adelanto técnico, los nuevos y colosales descubrimientos de yacimientos de petróleo o de gas; una automatización tal que nadie o casi nadie, tenga que mover un dedo nunca más, planes gubernamentales que resuelvan todos los problemas de una vez y para siempre, empresas multinacionales que efectúen grandes inversiones en las más recientes y mejores tecnologías; o, simplemente, "el próximo auge económico"...

Lo que transcribí en cursiva, es parte del libro "La Vida en el Campo", parte del prólogo del Dr. E. F. Schumacher y también parte de la introducción del autor del libro John Seymour. Probablemente muchos lo conozcan, es el que ilustra parte de este post. Es un libro precioso, y desde el día que lo tuve en mis manos, quise transcribirles estos textos, me parecen tan acertados y coinciden tanto con mis pensamientos.



..."La autosuficiencia no es retroceso a un pasado idealizado en el que las personas se afanaban por conseguir los alimentos por medios primitivos y se quemaban unos a otros sospechosos de brujería. Es el progreso hacia una nueva y mejor calidad de vida, hacia una vida más grata que el ciclo superespecializado de la oficina o de la fábrica, hacia una vida que devuelve el trabajo aliciente y la iniciativa diaria, que trae consigo variedad, grandes éxitos en unas ocasiones y enormes fracasos en otras. Significa la aceptación de una responsabilidad plena por lo que se hace o lo que se deja de hacer. Y una de sus mayores compensaciones es la alegría que nace de ver el desarrollo completo de cada tarea"...
Autosuficiencia no significa "retroceder" a un nivel de vida más bajo. Al contrario, es la pugna por conseguir un nivel de vida más alto, alimentos frescos, buenos y orgánicamente elaborados, una vida grata en un ambiente agradable, la salud corporal y la paz mental que nacen de un trabajo duro y variado al aire libre, y la satisfacción que proviene de la realización correcta y eficiente de tareas difíciles y complicadas"...

Y a esto me refería al principio, en ningún momento quiero idealizar el pasado, sino rescatar eso que de verdad hacía nuestras vidas y las de nuestro entorno más saludables y por lo tanto más felices.
Nuestro paso más grande hacia la autosuficiencia fue embarcarnos en este proyecto de restauración, sin dinero de por medio, nos planteamos volver a la vida esta casa que se estaba deteriorando cada vez más a cambio de habitarla durante un tiempo. Con nuestras propias manos, aprendiendo, desaprendiendo, cambiando, conociéndonos, ganando experiencia, muchas satisfacciones y algunas poquitas frustraciones pero siempre hacia adelante y en pos de generar un impacto cada vez más positivo a nosotros y nuestro entorno... Con este intercambio cubrimos una de nuestras necesidades básicas al menos por algunos años, que es el techo... pero no solo eso, sino que también ganamos en experiencia de vida, aprendizaje y crecimiento interno.

El autoabastecimiento no está reservado a quienes poseen en el campo una hectárea de tierra. El morador de un piso urbano que aprende a arreglarse los zapatos se está volviendo, hasta cierto punto, autosuficiente: no solo ahorra dinero, sino que acrecienta su satisfacción personal y su dignidad. El hombre es polifacético por naturaleza, a hacer diversas cosas, a poseer diversas habilidades"...



Mi intención desde el primer día que empecé este blog, es compartir aquello que no solo me hace feliz a mi sino también a mis pares humanos, animales y plantas, compartirlo con quienes tengan otras inquietudes y poder aprender juntos otra forma de vida. Cambiar el paradigma (que incluye entre otras cosas autosuficiencia) no solo es posible sino que es necesario, las enseñanzas de la naturaleza nos dicen que tenemos que volver cada vez más a las raíces, por nosotros, por nuestra tierra, por todos sus habitantes animales humanos y no humanos, presentes y futuros.

Comentarios

  1. Holaaaa, qué lindo leerte... coincido en mucho con lo expresado aquí... Abrazo enorme, ANALÍA

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    1. Hola Analía!!! qué alegría me das!! me encanta encontrar personas que compartan estos ideales!! gracias enormes!

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  2. Hola Lola!
    Qué lindo todo lo que escribís y tus fotos!! Mis papás tenían este libro y yo de chiquita me quedaba horas mirando las imágenes, sobre todo las de la huerta en diferentes estaciones del año... Es probablemente algo que contribuyó a que hoy sea paisajista. Qué lindo recuerdo! gracias!

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    1. Hola!! ahhh gracias a vos por tan hermoso comentario!!... Y tenés tanta razón en lo que decís, esas cosas que vivimos de niños, afortunados niños, que por más ínfimas que parezcan en el recuerdo nos marcaron para siempre. Qué hermoso que seas paisajista. Me gustaría saber tu nombre! ^_^

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