La Vida en la Naturaleza ♡ Un verano diferente

Hace mucho, muchísimo que no publico un capítulo de La Vida en la Naturaleza. Estamos a pocos días de cumplir un año en la nueva casa, un año lleno de aprendizajes, sorpresas, aventuras y felicidad. Y justamente de todo eso vengo a contarles hoy. Este verano fue muy diferente a como lo imaginé. 
Un miércoles de dos meses atrás Jo había ido a visitar a un amigo, regresó muy tarde, casi madrugada para nosotros, regresó a las 11 de la noche. Mientras él salió, aproveché para estar en la compu. Generalmente lo hago cuando él no está o está haciendo música, porque me desconecto mucho de mi alrededor, por eso prefiero hacerlo estando sola. Hacía días estaba mal de la panza y como Jo demoraba pensé en no cenar. Pero cuando llegó le pregunté si quizás comería un arroz, a lo que me dijo que sí. Puse a hervir el agua, terminé lo que estaba haciendo en la compu y nos pusimos a charlar. En ese momento Kiki pide salir. Los perris siempre piden salir de noche, incluso mientras dormimos. Nos levantamos, les abrimos, a veces nos volvemos a acostar, nos dormimos, y nos despertamos con sus ladridos pidiendo entrar. Cuando Kiki volvió, Jo la mira y me dice: ¿Qué tiene Kiki en la trompa? Veo que tenía un puntito rojo, le paso un papelito y era un puntito de sangre. Ni siquiera me pareció raro ya que acá hay muchas plantas con espinas. Pero Jo se preocupó y me dice: ¿no la habrá picado algo? Mi pensamiento fue que Jo estaba exagerando y que seguramente no era nada más que un raspón. Jo seguía preocupado y salió a mirar con la linterna ya que no tenemos luz en el jardín. A los minutos de salir me grita desde afuera: -Lola, hay una víbora. 


No les puedo explicar, en un segundo se me vino el mundo abajo y me temblaban las piernas. Él estaba alumbrando la víbora con la linterna, mientras yo llamaba al vecino para que nos ayude y no se nos escape. Al mismo tiempo que intentaba llamar al veterinario salía a ver si era una yarará o no. Nunca en mi vida vi una yarará, solo por fotos. Y cuando la ví, todo mi cuerpo me dijo que sí lo era. Cuando llegó el Vecino, quién sí había visto Yararás antes, dijo que estaba casi seguro que lo era. Por fin me pude comunicar con el veterinario, en ese momento a Kiki ya se le estaba hinchando la trompa. El veterinario me pide que le mande una foto de la víbora para ver si podía identificarla. Con tantos nervios, mientras Gerardo vecino y Jo iluminaban a la "bicha" yo tenía que hacerle una foto, y no podía hacer ni foco. No sabía cómo ponerle flash, finalmente, no se como hice pero le saqué una foto más o menos nítida. Confirmado, era una Yarará chica. Si era otra víbora no había peligro, solo con darle decadrón estaba bien, y nosotros tenemos decadrón en casa. Pero las picaduras de las yararás pueden causar la muerte. A todo esto ya eran las 12.30 de la noche. Allan Veterinario vino de urgencia y Jo fue a interceptarlo al camino para que no se pierda, ya que solo había venido una vez y de día. No había tiempo que perder. Gerardo seguía iluminando a la yarará y yo estaba adentro con Kiki, haciéndole mimos y tratando que se sienta llena de amor y acompañada. Para estas alturas la cara de Kiki estaba hinchadísima y ella muy decaída. Allan llegó pasada la 1 am, enseguida preparó el suero antiofídico. Además le inyectó decadrón y le dio antibióticos. Ahora sí, hicimos todo lo que podíamos con Kiki y lo más probable era que se recupere, solo restaba esperar. Se portó como una santa, con el suero pasando no se cuanto tiempo, si fue una hora o dos, se que Allan estuvo como hasta pasadas las 3 am. No me separé de su lado ni un segundo. Pero ahora faltaba la otra parte. Teníamos una Yarará acorralada en la entrada de casa. En ningún momento se nos cruzó por la cabeza matarla. El tema era atraparla, en medio de la oscuridad con un par de linternas. Jo otra vez armó el lazó que les conté en uno de los primeros capítulos de La Vida en la Naturaleza y no había otra opción, o la atrapaba o la atrapaba. Preparé una caja de madera con tapa, donde tenía guardadas mis puntillas, era un sitio seguro para encerrarla. El plan era, mientras Allan y Gerardo la iluminaban Jo la enlazaba, una vez enlazada la metía adentro de la caja y Gerardo con un palo cerraba la tapa de la caja. Hay que tener mucho cuidado porque se estiran y como estaba tan acorralada estaba preparada para picar y defenderse en cualquier momento. Tengo que contarles, que Jo no ve muy bien de noche. Por tal motivo les pregunta a los chicos dónde estaba la cabeza, a lo que responden, está mirando hacia a vos, medio a ciegas la enlazó y tiró del lazito. En ese momento Gerardo grita, -Jo cuidado que se metió por el caño. Rápidamente la soltó adentro de la caja y Gerardo no pudo cerrar la tapa. Así que Jo con el mismo caño intenró cerrarla. Del peso que tenía la tapa se volvió a abrir y le volvió a pegar, finalmente la yarará quedó atrapada. La caja no era hermética, así que podía respirar. Atamos la caja y por las dudas le pusimos una maceta encima, no vaya a ser cosa que abra la caja jijiji. 
Si bien Kiki ya estaba fuera de peligro, no nos quedamos tranquilos hasta días después. Esa noche fue terrible para nosotros, nos deprimimos un poco. No queríamos exponer a los perris a algo así, solo porque nosotros queremos vivir en medio del monte. No podíamos dejar de pensar si estábamos haciendo las cosas bien, pero al mismo tiempo sabíamos que estábamos cansados y que todo lo que había pasado no dejaba que pensemos con objetividad. Era mejor descansar y al otro día, hablaríamos de la situación. Venía tormenta, y Jo antes de dormir fue a mover los paneles solares. Mientras yo adentro, veo algo que camina por la pared, era un alacrán, parecía un chiste. A la mañana siguiente nos replanteamos todo. No era una opción mudarnos, nos esforzamos mucho para llegar hasta acá, amamos vivir  en la naturaleza, no queríamos dejarlo, pero la seguridad de los perris es siempre nuestra prioridad. Así que ideamos un plan de verano, abandonar nuestro nuevo estilo de vida no sería una opción, es como si hubiésemos nacido para esto. Pero ahora les cuento del plan, antes les cuento de la bichita. La idea era ir a liberarla a un lugar alejado sin gente ni animales. Pero Allan nos había comentado que los bomberos suelen ir a atraparlas si te aparece una en tu casa. Así que Jo los llamó. Primero que nada les preguntó qué hacían. Nos contaron que la liberaban en un campo donde no había gente cerca, matarla no era una opción tampoco para los bomberos, Eso nos puso contentos, y decidimos que vengan a buscarla. Kiki se recuperó lo más bien, fue final feliz para bichita y perrita. 


Ahora sí, les cuento sobre nuestro plan de verano y parte del otoño. Primero y pricipal, los perris no salen más de noche, a menos que insistan mucho, y solo con correa, acompañados por uno de nosotros y por supuesto con linterna chequeando antes que no haya nada. Segundo, limpieza de canteros, las flores son muy lindas, pero para qué tener un jardín, si en realidad ya vivo en un Gran Jardín, para donde miramos hay belleza, así que decidimos achicar canteros, y tener los mínimos e indispensables, limpios, sin matas. Elpasto ya lo teníamos corto alrededor de la casa pero exageramos un cachito más. Tercero, limpieza extrema, en la galería iba a parar todo lo que en una casa en obra estorba, ahora está todo despejado, cuestión que tengamos vista panorámica hacia cada rincón. Tirar repelente de bichas. Empezamos a rociar las zonas cercanas a la casa y los canteros con fluído manchester, al menos solo por la época más fuerte de víboras, que es febrero, marzo y abril. La última: sacar los sapos del jardín. Son super beneficiosos, y además los amamos, pero también son comida. Los fuimos capturando de a uno y los llevamos al arroyito cercano. Capturamos más de 15. Nuestro aprendizaje: las Yararás tienen actividad nocturna. Muy ignorantes en el tema, creíamos que andaban de día a pleno sol y solo con 40°. Error, salen de noche a cazar. Les afecta el frío y el calor extremo también, si las ves de día, es quizás porque tenga el nido cerca pero por lo general andan de noche. Otro aprendizaje fue la flexibilidad. Pensé que nuestros veranos serían de fogones, mirar las estrellas,  pasar mucho tiempo en el jardín, actividades que tenemos que posponer hasta fines del otoño. Nuestro verano fue de estar mucho dentro de casa, por el contrario de lo que pensé. Los perris chochos, porque ya nos los dejo toda la tarde afuera como antes y si un día los dejó al menos unos minutitos, para poder barrer mejor, enseguida se sientan los 5 en la puerta con cara "queremos entrar". Aman la nueva vida de estar más tiempo adentro, en su silloncito y con nosotros. Yo solo tengo que limpiar un poco más, pero durará solo pocos meses, a partir de fines del otoño y hasta principios del verano volverán a sus tardes en el jardín. Tengo muchas más anécdotas de verano para contarles, y quizás ahora tenga la excusa perfecta para pasar más seguido por acá ;)

Comentarios

  1. Si hay algo que tiene de "malo" un verano en el campo son las víboras. He vivido por muchos años, casi 10 en el campo y siempre aparecen. Pero nunca tuvimos ese problema con los perros. Estoy segura que no se arrima más a una víbora. Tal vez sea inexperiencia del propio perro, porque en verdad que no es tan común ni en los propios animales del campo (vacas, caballos,etc) por lo general las víboras atacan si se sienten amenazadas. Pero te ganan el susto, porque son horribles cuando se enojan. No dejen de vivir en el campo por eso. Son parte de la naturaleza y hay que adaptarse a ese tipo de circunstancias. Ya adquirirán experiencia las mascotas y podrán vivir más libremente los veranos. Eso sí tengan cuidado donde se amontona mucha vegetación porq son los lugares preferidos. En la vuelta de la casa más vale tenerla despejada para que no se acerquen. Saludos de Uruguay.

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    1. Hola Ali!! cómo estás? jiji, si, es lo único que no nos gusta mucho a nosotros, pero tal cual, hay que convivir con ellas, es más pobrecitas ellas que les venimos a invadir su hábitat. Para nada dejaremos de vivir acá, es lo que realmente amamos. Siempre tuvimos el pasto corto, pero ahora decidimos exagerar un poco más y cortarlo en otros lugares que si bien no están dentro del jardín de casa, están cerca. Es que nos confiamos, realmente e ingenuamente pensamos que acá no había. Después nos enteramos que si había, era zona y además lo de actividad nocturna, ¡no teníamos ni idea de eso! Fue un gran aprendizaje y a partir de ahora no nos vamos a confiar más ;) Gracias por tus comentarios tan lindos! Saludos para tu tan lindo Uruguay

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  2. aaaayyy Lolaaaa! me caigo y me levanto!!! hace mucho no venia por aca, ya que se enfermó mi compu hace como un mes, el instagram lo veo desde el celu, y me prestaron una notebook y vengo y...y...ayyyy me dan mucho miedo las bichaaaas!!! por suerte Kiki está bien!
    te leía y sentía lo mismo, amo el campo y sabés muy bien cómo me gustaría vivir por allí, pero aún son solo sueños, este año que pasó fue complicado---ya te voy a contar---
    me quedo más tranquila de que no soy la única que se levanta varias veces a la noche jajajajaj
    chicos, les mando un gran abrazo y por favor cuidense mucho!!!!
    los quiero! ♥♥♥♥♥♥♥

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    1. ayyy recién veo que mi nombre salió Yury jajajaj es quien me prestó la notebook...soy Claudiaaaa!

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