Liebre de Pascuas

Por acá suele visitarme, no un conejito, sino una liebre, que si bien son de la misma familia, no son la misma especie. Con sus orejas largas, prestando atención a cada sonidito que la rodea, ha llegado a acercarse bastante, porque astuta como ella sola, sabe que acá nuestros perritos están cercados, por tanto no pueden salir a correrla... Algunas veces ha llegado a estar comiendo muy pero muy cerquita de la verja de casa, y nuestros perros ni enterados... pero ella muy atenta, lista para cualquier inconveniente salir saltando hacia el bosque 

Soy afortunada del lugar donde vivo, pero también lo cuido mucho. Los perros no son autóctonos (las liebres tampoco) y los estragos que generan los perros con y sin dueños, sueltos en los ecosistemas nativos, en los montes, en los prados son muchos. Algunos perros se han llegado a "asilvestrar" en algunos lugares como la Patagonia, y hay manada de perros salvajes, que realmente son una gran amenaza a la biodiversidad. Por supuesto que ninguna es la responsabilidad de los pobres perritos, a veces no se toma conciencia que dejando a los perros "libres", no le hacemos bien a nadie, ni a nosotros, ni a la fauna silvestre ni al perro mismo. Y la palabra libre la pongo entre comillas porque perdió la libertad justamente cuando se convirtió en perro, sería libre solo si seguiría siendo lobo. La tenencia responsable va mucho más allá de cuidarlos y brindarles amor, y esto es algo que aprendí viviendo en las montañitas. 

 

 

Antes pensaba que no había problema si se dejaba a perro andar suelto en el campo o en un lugar que esté inmerso en la naturaleza, solo pensaba que el problema era para el mismo perro, si alguien lo lastimaba o con la ruta y los autos. Pero con el tiempo entendí que no solo si queremos disfrutar de un jardín lleno de vida, sino también proteger la fauna silvestre, algo que debería ser nuestro deber desde siempre, necesitamos que los perros y gatos tengan un lugar controlado. En nuestro caso les hicimos un gran corral, y en algunas épocas los sacamos a pasear con correa, sobre todo en invierno que no hay peligro de víboras. Son felices porque para ellos lo más importante es estar todos juntos. Es más, cuando los dejamos mucho tiempo en el jardín, enseguida se sientan los 5 en la galería, mirando con carita de circunstancia como preguntando cuándo pueden entrar a su cómodo silloncito, a la cuevita de la estufa o simplemente a estar todos juntos brindándonos amor 

   

Que estas Pascuas sean para reflexionar sobre cómo nos relacionamos con nuestro entorno y qué provocan nuestras acciones, en el único e irrepetible hogar que todos compartimos: el planeta. ¡Felicidades!

PD: la mayoría de estas fotos las hice desde atrás de la ventana para no asustarla, aunque algunas veces dejó que la fotografíe estando un poco más cerca, se ve que ya había tomado confianza. Y la luz particular que tienen las fotos, es porque ella (yo digo que es ella pero puede ser él) sale al atardecer y siempre hace el mismo recorrido. Ahora hace mucho que no la vemos, porque el perrito de los vecinos la espanta, la extraño bastante pero es mejor que esté resguardada...