La Restauración ~ Capítulo Cinco ~ Un baño de 1800

 ¡Ya un año desde el último capítulo! Les tengo que confesar que el baño está terminado hace unos cuantos meses pero me daba fiaca hacer las fotos. El horario del día donde hay más luz es cuando sale el sol, en esta época a las 7 am, no es que no me levante a esta hora o incluso antes pero  mis mañanas son muy lentas, hasta que engancho ritmo tiene que pasar un rato y unos cuantos mates de por medio. Finalmente me decidí, dejé bien ordenado la noche anterior para hacerlo antes de desayunar, peeeero no contaba con que esté nublado... no importó, hice las fotos de todas maneras y si bien no tienen la mejor luz creo que se entiende bastante. En el próximo capítulo voy a subir un video donde se verá mejor, y se sumará el comedor.

Creo que el baño es uno de mis ambientes favoritos, cómo cambió es increíble, me gusta su estilo rústico y además tiene ese romanticismo de "la vida como antes". Decidimos no conectar la luz en esta parte de la casa y por lo tanto usamos velas. Además, el sistema de agua caliente es como se hacía antes en el campo: termotanque a leña, y es una de las decisiones más acertadas que hicimos en este cambio de vida. Solo hay que organizarse un poco antes de bañarse, quién se encarga de encender el calefón es Jo, lo tiene que hacer aproximadamente media hora antes. Funciona con recortes de madera, ramitas, leña pequeña, cuanto más chica mejor porque necesita hacer llama, no brasa. Adquirimos uno de buena calidad para que nos dure toda la vida o lo más posible, de una empresa familiar de Río Tercero que tiene mucha trayectoria, por si les interesa es Venturini. El termotanque o calefón a leña es una especie de salamandra de fundición pero con un tanque arriba (donde va el agua) de chapa gruesa. Es completamente seguro si se usa correctamente. La parte de carga de leña es pequeña por eso dependiendo cuánta agua necesitamos es cuántas cargas debemos hacerles. Nosotros hacemos dos cargas en media estación y tres en invierno porque el agua viene muy fría (en verano casi no lo usamos porque el agua ya sale tibia)  la temperatura del agua es pareja, nos alcanza para dos duchas cómodas. Simplemente lo amamos. Solo lo usamos para ducharnos, el resto lo hacemos con agua fría, o en invierno que la estufa está encendida calentamos allí para lavar ropa o trapos, porque el agua viene casi congelada.

Apenas nos mudamos me daba terror entrar al baño y no exagero. Como ya saben había murciélagos en casa, y el techo del baño estaba negro, completamente, por un hongo que salió de las filtraciones del techo vivo, además tenía muy poca luz natural. Como no se veían los rincones pensaba que me iban a volar murciélagos cada vez que entrara. Bueno, del inodoro no voy a entrar en detalles, pero también estaba negro, creímos que tendríamos que cambiarlo. Al tercer día de mudados, Jo tomó coraje  y le dio una mano de pintura con lo que había para blanquear un poco. A la pintura del techo además le pusimos lavandina para eliminar el hongo. Hasta que llegaron los productos de Rust-Oleum  y fueron nuestros salvadores. Básicamente pintamos todo el baño de blanco con dos o tres manos, para que quede super blanco. Tenía mosaiquismo con dibujos en la parte de la ducha y las paredes eran turquesa. Pueden ver las fotos del "antes" al final de post, pero en el capítulo CERO están todas las fotos de cómo estaba la casa cuando llegamos. Al techo lo pintamos con "Permawhite", a las paredes con látex y a la bañera y azulejos con imprimante "1 2 3 Primer". Esta línea es increíble,  al día de hoy (casi un año después) la pintura de los azulejos está intacta. Lo único que tenemos que retocar en estos días es la bañera que apenas se englobó en una parte, tendremos que levantar, lijar bien, sacar el polvo y volver a pintar. 

Lo segundo que hicimos fue cambiar la puerta, pusimos una nuestra con vidrio repartido, para que sea más luminoso. El cambio fue asombroso. Le hice una cortinita de lienzo crudo con mucho frunce para que pase la luz y al mismo tiempo haya privacidad. 

La cortina la hice con un encaje de polyéster. Adoro ver como traspasa la luz de las velas proyectando los dibujos en los azulejos. Siento que estoy en 1800, pero con duchador jiji, las paredes con los revoques tan rústicos, la madera, el olor a la leña del calefón (está afuera pero se filtra por la ventana) las duchas calentitas de invierno son una de las cosas que más disfruto. Quisimos poner una bañera de fundición, de hecho la compramos pero no entró, y ahora vive en el jardín  ^_^

Jo hizo un estante muy hermoso para tener a mano el jabón, las velas, fósforos, etc. Lo hizo a medida, recortando la curva de la canilla ya que estaba muy pegada a la pared. Además sostiene el espejo, que es un tríptico estilo francés, del cual solo usamos la parte del medio. Este es nuestro espejo desde siempre, quería volverlo a madera pero Jo, cansado de despintar muebles, no me dio bolilla (con justa razón) y como yo ya quería verlo instalado (y no tenía muchas ganas de lijar) accedí a dejarlo blanco, algún día le llegará su turno, son tantos los muebles que volvimos a madera este último tiempo, después de nuestro fanatismo por el blanco allá por 2013 cuando aun vivíamos en Bs As. Para el bajo mesada una cortinita en lino rayado negro y blanco ¡qué solución más práctica y bonita la de usar cortinas! hubo que torcer un hierro con la forma de la mesada que es curva. Además hicimos un perchero para la toalla con un estantecito que tiene lugar para otro candelabro. 

Retoques simples que fuimos haciendo despacio, durante casi dos años y a medida que nuestras ideas se fueron acomodando. Sin dudas es el ambiente de la casa que más me retrotrae a épocas pasadas. 

Así estaba el baño cuando llegamos: